Porque nosotros somos el máiz

En la tierra lo único que importa es cultivar el... ¡SIIIII! Tu espacio sobre cuentos y algo más TODOS LOS HOMBRES MUEREN, MAS NO TODOS VIVEN REALMENTE -WILLIAM BRAVEHEARTH WALLACE-

Tuesday, April 24, 2007

Cultivos mexicanos con sabor a gloria

POR: PINO

Todo México se conmocionó al momento de ver uno de sus productos vitales tales como la tortilla inflarse gracias al infladote encargado de la economía nacional. Pero la mayoría del mundo no conoce la odisea que sucede para conseguir estos alimentos con sabor a gloria. Los invito a experimentar en esta columna un día en el campesinado mexicano ¡JI JEÑOR!
Te levantas... no,…te levanta un fuerte sonido producido por máquinas a las 6:37 de la mañana (aunque digas que te levantas más temprano) para iniciar las labores más varoniles que te puedas imaginar.
Muy bien, hay que regar las 15 hectáreas de maíz, avena, alfalfa, melón sandía, brócoli, chile chilaca a ocho ochenta, zanahoria, manzana, pera, calabaza, calabacita, papas, lechuga, tomate… Pero como tienes suficiente dinero para comprar todo el sistema de riego (jeje sí claro) debes cargar más de 50 tubos de aluminio con más de 12 metros de longitud y con un peso de 12 kilos a través de las 15 hectáreas bajo el sol.
El problema será que no puedes pisar los cultivos, eso te indica que debes tomar otro camino a través de los montes y nopaleras. MMM… Una difícil cuestión, pisar los cultivos que alimentan a una parte de la población, o arriesgar tu vida a través de los montes y veredas siniestras llenas de animales exóticos y silvestres (sin mencionar que tu carga no será el anillo único, sino los tubos únicos con que riegas los cultivos).
Las malezas y espinas te hacen dudar sobre tu cometido (recuerda que nunca en tu vida debes titubear) pero la actitud moral y de honor será conseguir ese preciado alimento que los niños desprecian (aunque las papitas fueron papas cultivadas hace tiempo) aún así, debes alimentar a tus semejantes.
Escupes tus manos para cargar los tubos (ya que estarán calientes por el sol), no le das importancia a tu rodilla lesionada, cruzas la zanja que rodea el campo, utilizas toda tu fuerza física para levantar sobre tu cabeza estos pedazos de aluminio y llegas a la fuente de agua en donde emana el líquido vital para todas las plantas agradecidas por tu labor.
O no, hay una fuga en la tubería subterránea principal y sólo cuentas con dos aliados trabajadores que te auxiliarán con este infortunio. Excavas dos metros y finalmente encuentras el problema, entonces le encomiendas a tus sargentos que te ayuden a levantar los tubos y tapar la fuga. Los brazos comienzan a fallar, tus fuerzas se desgastan, tus soldados se tambalean, te hundes en el fango, tienes lodo, polvo y sudor por toda la cara, pero finalmente logran alzar los tubos gloriosos y tapar la fuga.
Admiras a la princesa del ocaso junto con uno de las imágenes más maravillosas que puedas encontrar: los cultivos bañados con el sistema de riego que con tanto esfuerzo e infortunios conseguiste unir.
Al final del día sientes el olor a gloria y observas la siguiente cuestión honorable: ¡Mañana se repite todo!

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