Porque nosotros somos el máiz

En la tierra lo único que importa es cultivar el... ¡SIIIII! Tu espacio sobre cuentos y algo más TODOS LOS HOMBRES MUEREN, MAS NO TODOS VIVEN REALMENTE -WILLIAM BRAVEHEARTH WALLACE-

Sunday, September 24, 2006

La batalla de la Britannia

Preludio a: El emperador solitario

Chatus contaba con 29 años al momento de combatir su primera batalla, la sangrienta batalla de la Britannia.
Chatus se encontraba en una pequeña guarnición romana de Eburacum en el año 115 de nuestra era en el momento preciso de la sublevación nativa. Momentos antes de la batalla se puede escuchar una conversación entre Chatus y Serviano el sobrino de Adriano, éste era el pariente más rebelde del emperador y posible sucesor de éste.
-Chatus, los mensajeros nos informan que hay nativos que se dirigen a esta guarnición ¿crees que es posible un enfrentamiento con los nativos?
-Es lo más seguro Serviano, y si nos atacan estando desprevenidos y sin reservas nos aniquilarán.
-Entonces estamos destinados a morir.
-Todos los hombres están destinados a morir, mas no todos luchan por vivir.
-¿Entonces que propones?
-Propongo vencer.
-¿Como obtendremos la victoria?
-Porque los vamos a vencer.

Diciendo ésta última línea, Chatus subió a la sección más alta de la muralla y pronunció las siguientes palabras: - Todos vamos a encontrar nuestra muerte, pero yo les digo que no será en este día, hoy venceremos a mil nativos aunque seamos una centuria. Ustedes me preguntan ¿Por qué?, yo les digo así, por que no seremos derrotados, porque existe una palabra más terrible que la muerte, y se llama derrota, no se que dirán ustedes, pero yo nunca seré derrotado, así que olviden la muerte y preocúpense por vencer a esos sucios bárbaros.- Los soldados romanos motivados por las palabras de Chatus se prepararon para la batalla.
Los nativos se acercaron hacia la guarnición romana como lava recién expulsada del volcán, y así la batalla de Eburacum dio su sangriento inicio. La primera flecha lanzada por los Anglos encontró su destino en el tobillo derecho de Chatus, aunque tuviera una flecha en su tobillo, no se resignó y se levantó con una mirada de furia, y dio inicio al contra ataque.
El agua se transformó en fuego, las espadas en hojas, el viento en cenizas, y la batalla se dejó ver en su punto más eufórico. Chatus nunca cayó y por el contrario se vio dando la muerte a sus enemigos.
El sol se movió hacia las montañas, y tocando con sus últimos rayos a los cuerpos sin vida del campo, dio señal que la batalla había terminado con la victoria a manos de los romanos liderados por el general Chatus Máximus, ésta fue la única guarnición que sobrevivió los ataques nativos.
Este fue el inicio de las batallas para controlar las tierras británicas. Siete años más tarde el emperador Adriano visitó las tierras hostiles de la Britannia, y después supervisó la construcción de un muro que reestablecería la paz en éstos terrenos. Notó la valentía de Chatus, y felicitándolo le encomendó formar parte del senado, cargo que sería de gran importancia para el futuro gobierno romano.
Chatus generó controversia con los senadores al comentar que generan reglas, organizan estrategias y descansan al momento de ejercer una conquista. No es lo mismo tener la idea de una estrategia militar que entablar la batalla con el enemigo. Ésta razón fue la que le dio a Adriano la idea de un buen sucesor que reestablecería la paz en Roma, aunque cansado de su activo pasado, Chatus nunca se volvió a mover para dar alguna orden, jurando que sus mandatos siempre se realizarían con tan solo desearlo. Pero esa historia será relatada en el emperador solitario.

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